Un buen controlador de acceso no solo gestiona entradas y salidas: también es clave en el manejo de quejas por parte de vecinos o visitantes. Aquí tienes una guía práctica:
1. Actitud receptiva y empática
- Escucha activa: presta atención sin interrumpir.
- Reconoce sentimientos: “Entiendo que esto le molesta…” ayuda a que el vecino se sienta escuchado.
2. Registro eficaz
- Anota fecha, hora, nombre y detalle de la queja.
- Usa una libreta o app sencilla: claridad, orden y trazabilidad.
3. Respuesta clara y oportuna
- Agradece la información: “Gracias por avisarnos”.
- Explica pasos a seguir: “Voy a comprobarlo esta misma tarde y le informo mañana”.
4. Comunicación interna
- Informa rápido a conserjes, socorristas, fontaneros según la naturaleza del problema.
- Usa canales eficientes (grupo privado, app de gestión de comunidades).
5. Seguimiento y cierre
- Revisa si se ha solucionado y contacta al vecino: “¿Ha quedado correcto?”.
- Cierra el ciclo de forma transparente.
6. Mejora continua
- Registra causas comunes.
- Propón en juntas pequeños ajustes: mejorar señalización, horarios, protocolos, etc.
Un controlador de acceso que gestiona quejas con profesionalidad genera calma, confianza y cohesión en la comunidad.
✅ Beneficios
- Vecinos satisfechos y escuchados
- Prevención de conflictos
- Imagen profesionalidad y eficacia
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