Qué es el mantillo y por qué es importante para tus plantas
Descubre los motivos para incorporar mantillo en tu jardín, un recurso que beneficia a tus plantas con nutrientes, protección y retención de humedad.

El mantillo o mulch es un material orgánico o inorgánico que se usa en la superficie del suelo, jardines y cultivos para proporcionar una serie de beneficios a las plantas.

Distinguimos dos categorías de mantillo: los orgánicos y los inorgánicos.

  1. Mantillo orgánico
    Está compuesto de materiales biodegradables como la corteza de pino, paja, compost… Es el más utilizado ya que tiene un coste más bajo y, además, ofrece nutrientes a la tierra mientras la protege.

Corteza de pino: se considera mantillo orgánico, aunque también puede clasificarse como semiorgánico, ya que es una mezcla de materiales orgánicos e inorgánicos. Se usa directamente según sale de la serrería. Presenta distintos tamaños de corteza y los más finos se decantan creando una película perfecta para evitar el nacimiento de hierbas no procedentes.

Corteza de pino ya cribada: es mucho más fina y hace que el acabado sea más homogéneo.

Hojas y ramas trituradas: se crea a partir del triturado de restos de poda del jardín. Este material, al ser poroso y denso, permite retener la humedad y evitar el nacimiento de malas hierbas. A diferencia de la corteza de pino, al ser partículas más pequeñas, duran menos tiempo ya que se descompone con mayor rapidez.
Restos de siega de césped: se pueden usar siempre que hayan pasado la primera fermentación, una vez que metamos la mano entre la hierba y no haya calor y tenga una temperatura normal.

Paja: es buena en el huerto. Mejor si es paja del año pasado que ha estado a la intemperie y ha tenido un período de descomposición para que aporte materia orgánica a la tierra. Si usáramos paja seca, sus semillas acabarían germinando y, al entrar en el proceso de compostación, los microorganismos acabarían absorbiendo los nutrientes de nitrógeno de las plantas de alrededor.

  1. Mantillo inorgánico
    Está compuesto de materiales no biodegradables como piedras y gravas, plásticos… No son tan económicos, pero tienen un valor decorativo mayor, ofreciendo amplias posibilidades con formas y colores variados.

Grava volcánica: proviene de áreas donde ha habido una gran actividad volcánica. Esta grava es muy ligera debido a que es un material poroso. Esa porosidad hace que la grava volcánica sea capaz de condensar el rocío de la mañana.

Gravas y guijarros de colores: ofrecen protección al terreno y permiten un amplio abanico de posibilidades decorativas. Evitan, en gran medida, la aparición de maleza, pero es aconsejable colocar una malla anti hierbas bajo la graba para asegurarnos. También, se puede añadir un tipo de abono de liberación lenta antes, ya que estas gravas no proporcionan nutrientes a la tierra.

Plástico: es muy común en la agricultura, ya que están pensados para extensiones amplias. Con ellos se protege el terreno de las inclemencias del tiempo, evitando la erosión del viento y las lluvias. Además, se mantiene la humedad y se regula la temperatura del suelo.

El mantillo inorgánico es más duradero y requiere menos mantenimiento que el mantillo orgánico, pero no aporta nutrientes al suelo como sí que lo hace el orgánico. Una buena alternativa es combinar ambos, según la función que queramos que realicen.

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