Transforma un zapatero en un jardín vertical
Este es un gran truco de jardinería para espacios pequeños, perfecto para transformar un balcón en un jardín de hierbas aromáticas o para aprovechar el lateral de tu caseta del jardín. Coge un zapatero y llena cada compartimento de tierra. A continuación, solo tienes que plantar tus hierbas favoritas en los compartimentos, coloca una hierba diferente en cada compartimento o en cada fila. Después de haber recibido la luz solar y con un poco de cuidado y atención, ¡conseguirás tu propio herbario!
Utiliza los posos del café para fertilizar el suelo
Si te encanta beber café, da un buen uso a los restos de café mezclándolos con la tierra. Algunas cafeterías incluso regalan bolsas de posos de café con este mismo fin, así que, ¡presta atención! Los posos van bien como abono de liberación lenta. Solo hay que espolvorearlos sobre la tierra o añadirlos a la pila de compost y dejar que hagan su trabajo.
Ayuda a que la tierra se mantenga húmeda con papel de cocina
Si tienes plantas de interior y vas a estar fuera unos días, no tienes que preocuparte de que alguien venga a regarlas, todo lo que necesitas son unas hojas de papel de cocina que hagan el trabajo duro por ti. Es rápido y fácil y te garantizará que tus plantas retengan la humedad durante días, por lo que no te encontrarás tus plantas moribundas cuando vuelvas a casa.
Lo único que tienes que hacer es coger unas hojas de papel de cocina y enrollarlas lo más fuerte posible sin que se rompan. Mete los extremos en un vaso de agua y luego coloca el otro extremo del papel sobre la tierra. La idea es que el papel absorba el agua del vaso y la distribuya uniformemente en la tierra para mantener tus plantas hidratadas.
Convierte las botellas de plástico viejas en regaderas
No deseches tus botellas de plástico viejas. En su lugar, conviértelas en regaderas. Es un gran consejo para principiantes y a los niños les encantará poder participar y ayudar en el jardín. Lava bien las botellas de leche viejas y, después, utiliza un martillo y unos clavos o un cuchillo para hacer unos cuantos agujeros en el tapón, y un agujero en el asa (si tu botella tuviese). Luego llénala de agua y utilízala como una regadera práctica para las plantas de interior o exterior.
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